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20110306

PANAMERICANA

Ayer, cuando estaba terminando la jornada en la oficina, entró el director de uno de los colegios en los que estamos trabajando, dijo que venía por un volao (favor), que había fallecido un familiar suyo y necesitaba un carro para ir a por el difunto, y que si podía usar nuestra furgoneta. Yo le dije que sí (qué otra cosa se puede responder a eso), media hora más tarde estábamos en camino; Don Mauricio, su hermana y yo al volante, hacia un pueblo a más de 200 km. 
El viaje de ida fue agradable, recorrimos la Panamericana mientras caía el sol, y Don Mauricio me contó la historia de Nicaragua, de la revolución sandinista, de la contra, de la guerra, de la lucha, de la muerte de los campesinos y el abandono de los campos, del pueblo y de cómo estaban ahora, también me hizo muchas preguntas sobre España. Cruzamos León, una de las ciudades que yo tenía apuntado visitar, y afortunadamente nos perdimos por sus calles, lo que me permitió verla un poquito más. Les comenté que mi familia por parte de madre era de León, del León de España, y una vez más en la conversación encontramos los innumerables puntos en común que el colonialismo procuró. 
Llegamos finalmente a la falda de un volcán, a una población alejada, famosa por haber sido uno de los mayores centros de producción del ron de caña, y tras cruzar campo a través algunos cientos de metros, en una casa humilde y aislada, nos esperaba un grupo de gente y un ataud de madera pintado de lila. Subieron el ataud a la pick up, lo amarraron con el mecate (cuerda) poniendo especial cuidado en la parte que quedaba en voladizo, cargaron también algunas bolsas con comida, café, manteles, y otras cosas para el velatorio y salimos de vuelta a Santa Teresa, ya de noche, en un viaje muy distinto. 
En el interior la viuda, la hermana, la hija, la sobrina y yo; fuera los hombres, uno vivo y uno muerto. Conseguí hacerme invisible, durante otras tres horas y media hubo silencios, algún lamento, comentarios animados y llamadas de móviles, muchas, como un GPS rudimentario, cada tanto algún teléfono sonaba para ver dónde nos encontrábamos. El tema principal era la preparación del velatorio, las flores, que las ponía Doña Tal, cuándo preparaban el café, las sillas que las había prestado la municipalidad y ya las habían colocado en la casa, los papeles legales para transportar un muerto, sin los cuales, si la policía nos paraba podía ser un gran problema, la conveniencia de abrir o no la caja para que la gente viera al muerto, ya que no era de las de cristalito... y yo, mientras tanto, haciendo mi primer viaje por la famosísima Panamericana, y mi primera conducción por Nicaragua, muy atenta a los baches, a los desvíos, a no dar acelerones; me vinieron a la cabeza muchas cosas, entre otras, me acordé de Mery, la secretaria de Nimule (Sur Sudán), que estuvo cinco días de pre-funeral hasta que llegó el cuerpo de su marido, que había muerto en Jartúm de bilharzia, y no encontraban transporte para traerlo, y cuando lo consiguieron, además de costosísimo para toda la familia, el viaje fue tan largo y tan caluroso, que el cadáver se había descompuesto y le recomendaron no abrir el ataúd. 
También recordé dos películas: "Los Tres Entierros de Melquiades Estrada" y "La Teta asustada" (si no las habéis visto, son muy recomendables).
Ocho horas después llegamos a Santa Teresa. Todo el mundo estaba allí, descargaron el ataud, y yo me fui a dormir, derrotada.
Así que hoy, aunque esté feo contarlo (que ya he visto la que está cayendo en España), he estado todo el día delante del Pacífico, en una tumbona bajo una cubierta de palma, tomando frescos (zumos) y esperando que el calor bajara para poder tumbarme en la arena a tomar el sol. Mi única actividad ha sido saltar algunas olas y comerme una langosta rellena de camarones. Ni siquiera he abierto mi libro.

5 comentarios:

  1. Con un guión mucho menos interesante y peor contado se hace una buena road movie...
    Los árboles tienen que esperar las experiencias, nosotros podemos salir a buscarlas.

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  2. qué gusto leerte antes de dormir...zzz...

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  3. Señora!!! que pedazo de post!! me ha encantado, gracias! π

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  4. los detalles os los cuento con un café...besos

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  5. (Perdón. Necesito publicar esta respuesta aquí aunque quede duplicada en el post sobre los nombres. Es que me confundí al insertarla pero, dado que me ha parecido una súperhistoria, prefiero que mi respuesta conste donde debería estar).

    Vaya historia, me ha flipado, no creo que se te olvide jamás.

    Lo mejor... lo de hacerte invisible, que tú.

    Un beso.

    Andrés

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