Ana es la hija menor de Pasca, tiene casi dos años. Pasca algunos días la trae a la oficina; cuando Fiona, su hermana de ocho años, no tiene cole se queda con ella en casa.
El otro día estábamos reunidos como todos los lunes, el director, los ocho jefes de departamento, el encargado de logística y la secretaria, Ana estaba fuera con la cocinera y los hijos de ésta, en cierto momento decidió entrar a la reunión a buscar a su madre que la cogió en brazos y le dió el pecho, al terminar se bajó y salió de la oficina. La reunión no se interrumpió, todos la miramos en algún momento y algunos sonreimos pero seguimos hablando y trabajando.
Ana, como todos los niños aquí, no demanda atención a gritos. Hay muchos niños, están muy presentes, pero no son el centro de todo; son educados y prudentes en el trato con los adultos, reclaman silenciosamente a sus madres, que nunca nunca les rechazan, siempre cargan con ellos a la espalda y siguen trabajando. Cuando alguno grita o llora, la madre le mira en silencio con el dedo índice en la boca y es suficiente.
Supongo que parte del secreto es el contacto físico permante y silencioso con la madre durante los dos primeros años. Lo que a nosotros nos parece imposible, compaginar la maternidad con el trabajo, aquí sucede de manera natural.
Después de la reunión fuí a la cocina a ponerme un té, y en el suelo sobre una estera de bambú y una preciosa tela africana estaba plácidamente dormido Nelson, el nuevo bebé de la cocinera.
Me parece muy bonito lo que estas contando pero no se como aqui no lo podemos hacer asi ,de natural y que enseguida los llevamos a la casita o guarderia ,sera por que no podemos de dejar de trabajar ,o no nos dejan llevarnoslo al trabajo, yo lo tuve que hacer asi llevarlo a la casita pero ahora van al colegio ,pero cuando no tienen colegio puedo llevarmelo al trabajo tengo la suerte de tener una buen jefa bueno ya sabes un besazo.
ResponderEliminarEs muy difícil saber porqué. He estado pensando mucho en esto, creo que la diferencia está en que nosotros, tenemos pocos y muy deseados, les prestamos muchísima atención en periodos cortos e incostantes, se les habla, se les regala, se les hace sentirse muy importantes, y también se les deja en la guardería para ir a trabajar o al cole y aquí se tienen muchos, no son el centro del mundo, no hay regalos, ni la gente está tan pendiente de su sobreprotección y de sus niñerías, pero las madres no se separan de ellos ni un minuto hasta que ellos deciden por su propio pie poenr distancia.
ResponderEliminarES QUE TRABAJA DONDE VIVE Y ESTA CON ELLA TODO EL DIA
ResponderEliminarSiempre me llama la tencion las familias gitanas, todos van con todos los niños, los buelos, los primos....la afinidad, el respeto a sus mayores, el contacto de los padres con los hijos; algo estamos haciendo mal en nuestra sociedad.
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