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20100308

8 DE MARZO

Pasca, mi compañera de mesa en la oficina es la Coordinadora de Educación Primaria de JRS, tiene dos hijos, es sudanesa, se levanta a las cinco de la mañana para preparar la comida (en un horno de leña), lavar la ropa (a mano), plancharla (con una plancha de carbón) y dejar todo preparado para a las nueve entrar a trabajar. Aquí abre su portátil y manda sus mails.
Lleva con una gran sonrisa el compaginar la vida laboral con la familiar en un entorno tremendamente machista y con los medios de nuestras bisabuelas, al fin y al cabo es una mujer muy privilegiada aquí en Sudán.
Es una mujer estupenda.

3 comentarios:

  1. Hola Vero, ayer supe de tu blog por ro y no he podido dejar de visitarlo enseguida. Me encanta. y encima pones un ejemplo de concilición que es lo que yo intento desarrollar en proyectos en distintas empresas, el último en una multinacional de la comida rápida, basura diríamos aqui, allí no sé. ¿crees que si utilizo el ejemplo de Pasca me entenderán?... y si aqui ya nos miran raro cuando decimos que la conciliación no es cuestión solo de mujeres ... ¿que te dirían a ti allí?
    besos. ángel

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  2. Hola Ángel, qué tal!! Cuánto tiempo!...pues cada vez que les hablo sobre cosas como esas se parten de la risa...pero por ejemplo respecto a los bebés lo llevan mejor que nosotros, la secretaria y 2 de las cocineras llevan a su hijo atado a la espalda todo el día, y la secretaria mientras imprime documentos da el pecho...supongo que en ese sentido nos llevan ventaja.

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  3. Pasca, es la mejor semilla de mejora para la zona, solo mujeres como ella, con su trabajo y su esfuerzo, crean la nueva luz. Hoy valoro mucho el esfuerzo y la renuncia de las abuelas, de las madres, abriendo sus mentes a nuevas funciones y a otra forma de ver el futuro que cambiaron a mi generacion dando un paso de gigante increible en pocos años, y que nuestras hijas ya estan en un mundo tan distinto que a veces tengo que pensar que solo hace 40 años la mujer en España, no pidia ir sola a firmar un documento de compra o venta, sin la compañia o firma de un hombre. Pasca con su esfuerzo, ya esta haciendo a sus hijos distintos, a sus vecinos, a su marido. Esa es la verdadera semilla, dale la enhora buena de mi parte, por mi madre, por todas las mujeres valientes y fuertes que se atrevieron a hacer cosas diferentes para mejorar. Tambien a los hombres que no tienen miedo a aceptar esos cambios, ellos tambien son importantes, que siempre los dejamos a fuera.

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