Páginas

20100730

UN DíA

Como la gasolina es cara, carísima, muchos días compartimos el coche para ir a las escuelas, ayer fuí con Linrio (Coordinadora del Departamento de Mujer).
Primero paramos en un cole de secundaria donde había que entregar una nueva máquina de escribir y un paquete de papel calco, los folios ya se entregaron la semana anterior así que ya tienen todo para preparar los exámenes finales. 
Proseguimos hacia otra de las escuelas donde hicimos entrega de cuatro azadas, dos hachas y diez machetes (las primeras horas de cada día los alumnos cortan la vegetación que crece alrededor de la escuela salvajemente y cuidan la huerta de dónde se cogen las verduras para la comida). También entregamos dos balones de fútbol, que nadie dudó que eran sólo para los chicos. Para las chicas, de más de once años, los kit sanitarios (6 paquetes de compresas y dos barras de jabón). 
El kit se entrega trimestralmente, pero el camión que traía el material de Uganda tuvo problemas en la frontera por culpa de los impuestos revolucionarios, así que en esta ocasión recibieron los kits atrasados correspondientes al primer y segundo trimestre del año. También se dieron dos barreños a cada escuela para que las chicas puedan lavarse, afortunadamente este año junto a las letrinas se ha construido una pequeña estancia para su aseo personal con un pequeño tanque de agua, clavos para colgar la ropa, un candado y una llave. Sólo tres de las veinticinco escuelas tienen esta mejora.
Antes de dar los kits Linrio les dió una charla, explicando que las que no estuvieran ese día en la escuela no tendrían kit, que era muy importante que siguieran estudiando a pesar la menstruación y que no dejaran la escuela aunque para ello se tuvieran que enfrentar a sus padres. 
Cuando las chicas tienen la regla, sin el aparataje necesario puede llegar a ser muy muy embarazoso (como lo es en España, pero aquí más porque para los chicos es un tema tabú sobre el que a penas están informados, de hecho en este colegio el color del uniforme se ha elegido por las profesoras para atenuar el problema), esos días se quedan en casa, y muchas veces es el punto de inflexión para que se las considere mujeres, las casen y dejen de estudiar. Así que aunque en primaria el 50% son niñas, en secundaria el número se reduce drásticamente. 
Algunas rehusaban coger el kit, como no tienen bolso o mochila les da verguenza llevarlos en la mano (o en la cabeza) hasta su casa porque los chicos las ven. Las profesoras las regañaron y les obligaron a cogerlos, les dimos a ellas también los kits y dejamos varias cajas más en la escuela.
Tres horas después, con más de 1500 compresas y 500 barras de jabón repartidas, paramos a ver cómo iba la cimentación del nuevo colegio que estamos comenzando dónde nos encontramos con una mujer que trabaja para el gobierno de la zona, tras saludarnos nos pidió una caja de compresas. Se la dimos. ¿Corrupción?.
De vuelta en el coche, aprovechando que llevaba un Tampax en el bolso, le expliqué a Linrio lo que era y cómo funcionaba, ante su atenta mirada y la incredulidad del conductor. Le pareció estupendo, sobretodo por el tamaño, aunque vió un poco problemático que fuera tan importante lavarse bien las manos antes de ponerselo, pero me dijo que tenía que enseñarle cómo eran las cajas y las instrucciones, para considerarlo el año que viene. 
Antes de llegar a Nimule compramos carbón para nuestras cocineras.


2 comentarios:

  1. la idea del tampax, esta muy avanzada, aun a mi no me gusta, el introducir algo, se opone en el fuero interno a su uso, me parece que no prosperara inmediatamente, pero ...
    has descrito la vida real y has transmitido el pudor y la sencillez con la complicacion de la vida diaria, como avanzar en la aceptacion de nuevas formas de vida, de usos y maneras de emfocar las pequeñas situaciones de la vida, de manera distinta a como las hemos visto siempre.

    ResponderEliminar
  2. seria mas apropiado darles y enseñarles a usar paños y lavarlos permitiendolas hacer una vida normal como se hacia antes

    ResponderEliminar