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20100223

VIAJE DE VUELTA

Entre otros trayectos, para volver a Nimule he hecho:
Amsterdam - Entebbe: un avión holandes (www.klm.com) 
8 horas - 6.349 km - 760 €
A la entrada periódicos de todos los paises, una televisión interactiva con infinidad de películas, música, noticias, series, juegos...un mando en el asiento, por un lado para la tele, por el otro es un teléfono!, en el lateral una ranura que si pasas la tajeta puedes hacer llamadas por satélite o mandar mails (precio del mail 2 euros). En 8 horas, 2 comidas, con mas cartón y plástico que aporte calórico, un zumito con galletas, todo tipo de bebidas a elegir, unas toallitas calientes para limpiarse las manos, unas toallitas frías para refrescarse al llegar, información por satélite del recorrido con todo tipo de datos y planos, videos tranquilizadores de imágenes nevadas al despegar y al aterrizar, música ambiente para los diferentes momentos, diferentes tipos de ambientes con infinitos juegos de luces, ambiente para dormir, ambiente leer, ambiente anuncio de megafonía, ambiente viene la comida...señoritas guapísimas muy rubias y muy holandesas, unos baños con perfume y jaboncitos estupendos, mantita, auriculares, almohadita supersuave....y un detalle nunca antes visto, por megafonía la azafata habla susurrando mientras la mitad del avión duerme.

Kampala - Nimule: 8 horas en un autobús africano (www.kampalacoach.com)
8 horas - 400 km - 50.000 UGS (20 euros)
Salida a la una de la mañana, la sala de espera con moqueta y una cartulina escrita con plastidécor donde invitan a quitarse los zapatos y tumbarse, mucha gente durmiendo, olor a pies, la tele con una serie china subtitulada al inglés con el volumen altísimo. Por ser blanca me sacan una silla de plástico para sentarme, me quedan 2 horas, saco mi libro para leer. Se va la luz. Guardo el libro. Sacan varias velas y las ponen por el suelo, sin tele y con esta luz mucho mejor. Dedico una hora a ver como se gasta la vela que tengo delante. Arrancan un autobús y lo ponen mirando a la sala de espera con las largas para iluminarnos, de nuevo confort cero. Por el altavoz (que no es necesario para las dimensiones de la estación) anuncian tras un pitido muy desagradable que sale el bus, que preparemos el ticket y un poco de comida para el viaje, despiertan a unas veinte personas de un sobresalto, un niño empieza a llorar. La una, me suben las maletas al autobus porque soy mzungu (blanca), los portamaletas están llenos de mercancías, así que llenamos nuestro pasillo de maletas sobre las que hay que saltar. Arrancamos, a los 5 minutos paramos a echar gasolina, tras 15 minutos arrancamos, a los 5 minutos paramos en otra gasolinera. Partimos. Baches y bandazos que dan un poco de miedo y pitidos para no atropellar a la gente que anda por las cunetas a oscuras. Afortunadamente soy un leño.







Foto publicitaria de Kampala coach, como veis viajo en los mejores autobuses.
(La textura moqueta no tiene desperdicio).

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